Ozono
estratosférico
El ozono (O3) es un gas presente en toda la
atmósfera terrestre. El ozono estratosférico protege la vida en el planeta
porque absorbe los rayos dañinos del sol cuando éstos pasan a través de la
atmósfera superior (la estratosfera). Sin embargo, cuando el ozono se encuentra
en la superficie terrestre resulta perjudicial, por lo que a menudo se le
describe como “bueno arriba y malo de cerca”.
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Destrucción del Ozono
La capa de ozono estratosférico es hoy en día más
delgada de lo que ha sido históricamente a causa de ciertas sustancias químicas
agotadoras del ozono (SAO), como refrigerantes y propelentes de aerosol. Las
SAO se produjeron por primera vez con fines comerciales durante el siglo XX y a
la fecha algunas de ellas se siguen produciendo y usando. Al ser emitidas,
estas sustancias se abren paso hacia la atmósfera superior y se convierten
gradualmente en gases más reactivos que destruyen el ozono.
En las
décadas de 1970 y 1980, los científicos empezaron a descubrir que la actividad
humana estaba teniendo un impacto negativo sobre la capa de ozono, una región
de la atmósfera que protege al planeta de los dañinos rayos ultravioleta. Si no
existiera esa capa gaseosa, que se encuentra a unos 40 km de altitud sobre el
nivel del mar, la vida sería imposible sobre nuestro planeta. Los estudios
mostraron que la capa de ozono estaba siendo afectada por el uso creciente de
clorofluorocarbonos (CFC, compuestos de flúor), que se emplean en
refrigeración, aire acondicionado, disolventes de limpieza, materiales de
empaquetado y aerosoles. El cloro, un producto químico secundario de los CFC
ataca al ozono, que está formado por tres átomos de oxígeno, arrebatándole uno
de ellos para formar monóxido de cloro. Éste reacciona a continuación con
átomos de oxígeno para formar moléculas de oxígeno, liberando moléculas de
cloro que descomponen más moléculas de ozono.
Al principio se creía que la capa de ozono
se estaba reduciendo de forma homogénea en todo el planeta. En 1985, no
obstante, posteriores investigaciones revelaron la existencia de un gran
agujero centrado sobre la Antártida; un 50% o más del ozono situado sobre esta
área desaparecía estacionalmente (a partir del mes de octubre).
El
adelgazamiento de la capa de ozono expone a la vida terrestre a un exceso de
radiación ultravioleta, que puede producir cáncer de piel y cataratas, reducir
la respuesta del sistema inmunitario, interferir en el proceso de fotosíntesis
de las plantas y afectar al crecimiento del fitoplancton oceánico. Debido a la
creciente amenaza que representan estos peligrosos efectos sobre el medio
ambiente, muchos países trabajan en el proyecto de suprimir la fabricación y
uso de los CFC de aquí al año 2000. No obstante, los CFC pueden permanecer en
la atmósfera durante más de 100 años, por lo que la destrucción del ozono
continuará representando una amenaza durante décadas. Una molécula de cloro
puede continuar de este modo por más de un siglo, destruyendo así unas 100.000
moléculas de ozono.
Consecuencias del adelgazamiento de la capa de
ozono (ozonósfera)
La salud humana, se vería seriamente afectada por
una serie de enfermedades que pueden aumentar tanto en frecuencia como en
severidad tales como: Sarampión, herpes, malaria, lepra, varicela y cáncer de
piel, todas de origen cutáneo.
La exposición a la radiación ultravioleta
ocasiona trastornos oculares y muy especialmente cataratas causantes de
ceguera.
Menos alimentos: las radiaciones
ultravioleta afectan la capacidad de las plantas de absorber la luz del sol en
el proceso de fotosíntesis. También puede verse reducido el contenido nutritivo
y el crecimiento de las plantas.
El clima: Va a variar por las emisiones de
CFC, las cuales pueden contribuir al calentamiento global. La atmósfera actúa
como un invernadero para la tierra al dejar pasar la luz, pero retiene el
calor. El aumento de la cantidad de ciertos gases aumenta la capacidad de la
tierra para bloquear el calor, lo cual causa temperaturas más elevadas y
cambios climáticos.
Los materiales de construcción usados en
edificios, pinturas, envases y en muchos otros lugares, son degradados por la
acción de las radiaciones ultravioleta. El nivel del mar aumentaría como
consecuencia de la expansión de sus aguas, cuando se recalienten y derritan los
glaciares. Sostienen los científicos que para el año 2050 el aumento del mar
será de 0,3 a 1,2 metros,
produciéndose inundaciones costeras y erosiones. Además de la pérdida del
hábitat de numerosas especies animales y vegetales. También pronostican
contaminaciones de suministros hídricos por la ausencia de agua salada y se
verá afectadas la economía de las zonas costeras. Entre otros fenómenos extremos se
producirán huracanes, ciclones, olas de frío intenso y tifones.
La disminución de la capa de ozono parece
hacerse cada día más evidente y dramática. Además del agujero existente sobre
el Ártico cerca del polo sur, recientemente se descubrió un nuevo hueco, sobre
Australia y Nueva Zelanda.
Según científicos australianos la
disminución de la capa de ozono puede ser motivada por periodo de incidencia en
la atmósfera durante el invierno.
Si desaparece la capa de ozono desaparece
también la protección de los rayos ultravioleta, principales causantes del
cáncer de piel y de modificaciones genéticas en la flora y la fauna.
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Bibliografía
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